A partir del 2007, el Programa Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales, Ezequiel Zamora (de aquí en adelante UNELLEZ), hizo realidad una vieja aspiración de los estudiantes de Contaduría Pública y Administración, en lo concerniente a actualizar los contenidos de sus programas de estudio. En esa actualización surgió la necesidad de darle un sentido más operativo al discurso científico que bajo la figura de trabajo de grado, presentan como requisito obligatorio los aspirantes a licenciarse en las carreras mencionadas. El para entonces pensum tres (3) pasó a ser pensum (4), y del rigor científico de la modalidad de Proyecto Factible, se pasó a una figura nueva denominada Trabajo de Aplicación. Ésta modalidad no es, por supuesto, nada nueva en el ámbito académico, pero sí lo es en el rigor de las Ciencias Sociales. El conocido trabajo social en Sociología, o la investigación-acción-participación en Educación. El fundamento de este tipo de trabajo, es la generación de una propuesta, su aplicación real en un tiempo-espacio determinado y su posterior evaluación, en lo que respecta al impacto que tuvo en la organización o institución que ha sido tomada como objeto de estudio.
En la experiencia del proyecto factible, sólo se llegaba a la propuesta; en la experiencia del trabajo de aplicación, se parte de una propuesta que se estima factible 100%, para ser aplicada y evaluada. Este punto me da el espacio para expresar una postura académica que es necesaria ante la desinformación, producto de docentes improvisados en temas metodológicos (sobre todo uno que esta en el doctorado de Ciencias de la Educación de la Universidad Fermín Toro de Barquisimeto, que ha expresado que gente como yo y el Programa Ciencias Sociales de UNELLEZ-VPA Guanare, hemos desvirtuado el sentido de los proyectos factibles), en cuanto a la filosofía y significado del proyecto factible. Un proyecto factible es una “propuesta planificada”, no una propuesta en el rigor de investigación. No es un “proyecto factible de investigación”, porque simplemente, a pesar de que sus exploraciones puedan dar con nuevo conocimiento en determinadas áreas, su fin no es producir nuevas teorías, sino solucionar un problema determinado, tal cual, un reconocido estudioso del tema, como lo es Fidias Arias, lo expone: “…el Proyecto Factible es un tipo de tesis mas no un tipo de investigación…La formulación de Proyectos…es tan ambigua como la planificación y su relación con la actividad investigadora radica en que la última está inmersa en la primera. Es decir, la investigación constituye una etapa esencial del proceso de planificación, además de la programación, ejecución y evaluación…” El proyecto factible debe su formulación y ejecución a un proceso de planificación; los denominados proyectos de investigación, por su parte, están caracterizados por buscar resolver asuntos propios del conocimiento disciplinar, no de los procesos. En una palabra, el proyecto factible llega hasta la propuesta, no la aplica. Y lo que lo hace ser factible, es la determinación de la necesidad de que una propuesta en forma de proyecto se elabore en un contexto determinado.
Aclarado el punto, el cual, a pesar de tener la razón se sigue, y seguirá arando en el mar, con posturas fuera del orden lógico y metodológico; concentrémonos entonces en el trabajo de aplicación. Como ya se ha indicado es una propuesta aplicada y cuyo impacto es medido a través de instrumentos de recolección de información bien delineados y ajustados a los objetivos planteados por el investigador.
El trabajo de aplicación parte de una pregunta en el rigor evaluativo, porque eso es lo que se aspira alcanzar como fin último: evaluar. Ahora bien, su razón de ser metódica es modalidad, dado que permite una variedad de diseños de investigación para alcanzar sus objetivos. En el plano de complejidad de la investigación, pertenece al cuarto nivel, el integrativo (los otros niveles, del 1 al 3, son: perceptual, aprehensivo y comprensivo); un nivel en donde se evalúa, valora o modifica un determinado estudio. Si es cierto que desataca la investigación evaluativa, no es menos cierto que se complementa con la investigación descriptiva (del nivel perceptual), investigación analítica (nivel aprehensivo), investigación proyectiva (nivel comprensivo) y la propia investigación evaluativa (nivel integrativo). Se evalúa el impacto y efecto de la propuesta en los sujetos investigados. Ese es el papel fundamental de este tipo de estudio: apreciar si la propuesta solucionó o no el problema planteado.
En cuanto al tema, o temas que tengan que ver con el trabajo de aplicación, son los mismos de los proyectos factibles; he dicho que se debería tomar todas esas propuestas ya elaboradas por los estudiantes de cortes pasadas (cuyo pensum 3 daba opción de proyecto factible, en vez de aplicación), actualizarlas, decantarlas y aplicarlas para medir su impacto. Eso solucionaría la pesadez de una búsqueda del tema que se vuelve en ocasiones más limitante que el abordaje y construcción del trabajo de aplicación.
Por otro lado, está cómo evaluar de forma correcta. Hay variedad de instrumentos, entre los que destaca la lista de cotejo, la escala de Lickert, las entrevistas estructuradas, entre otras; estos instrumentos, orientando debidamente las afirmaciones o preguntas a consultar en razón de los indicadores y dimensión detectados, hacen posible tener una idea general de la incidencia de la propuesta, lo cual augura conclusiones en un margen perfectible, que ha de ser la razón de ser de todo trabajo científico.
La importancia del trabajo de aplicación radica en la relación directa entre el investigador y su objeto investigado, así como el reconocimiento del sujeto investigado como parte fundamental en el proceso heurístico y en las conclusiones de dicho proceso. Investigar, solucionar problemas no debe ser un asunto de élites, sino de corresponsabilidad entre el que proyecta o investiga, y los sujetos que son investigados. Aún hay mucha tela que cortar en este tema, pero el efecto que quería alcanzar, reflexión e interés sobre el tema, es quizás la prioridad por ahora; en la medida de lo posible iré matizando aspectos que considero capitales para no caer en la demagogia y el desconcierto.